martes, 25 de septiembre de 2007

EL EJERCICIO DEL PODER POLÍTICO DE AYER, ES EL MISMO QUE GOBIERNA HOY A COLOMBIA

DANIEL FELIPE ALJURE AMAYA
COMUNICADOR SOCIAL-PERIODISTA
ESPECIALIZADO EN CIENCIA POLÍTICA

LE DAMOS LA BIENVENIDA A ESTE JOVEN
ESCRITOR, QUIEN SE VINCULA A OPINIONES
CON EL PRESENTE ARTÍCULO.


La edición de “El Poder Político en Colombia” del escritor e investigador Fernando Guillén Martínez producida por la Editorial Planeta en el año 2006, tiene en su portada una fotografía de uno de los regimientos del ejército conservador que participó en La Batalla de Palonegro durante la Guerra de los Mil Días, a finales del s. XIX y principios del s. XX en Colombia.

Sobre la meseta superior del cerro de Palonegro (en la que, a propósito se encuentra hoy ubicado el aeropuerto de Bucaramanga, a 45 minutos aproximadamente del perímetro urbano, el cual debe su nombre al cerro y a la histórica batalla) la imagen tomada por el italiano Quintilio Gavassa, muestra un grupo de casi 50 hombres, de aspecto campesino, no uniformados y dotados con rudimentarias armas, entre las que se cuentan algunas escopetas, trabucos, bayonetas, espadas, machetes y palos; acompañadas, por supuesto, de la bandera colombiana.

La amplia colección fotográfica de la contienda, desarrollada por el invaluable olfato narrativo de Gavassa, muestra también imágenes del derrotado ejército liberal, del fragor propio del prolongado intercambio de balas, las huellas de sangre que dejaron los regimientos vencidos y hasta los cadáveres aún permanentes en la zona, meses después del fin de la guerra, y descompuestos con inusual rapidez por efecto de la intemperie y de la pólvora que los “comandantes” militares obligaban a sus soldados a ingerir para soportar el hambre y aumentar su sevicia.

El hecho de que estos hombres, junto con los demás pelotones que los acompañaban, hayan ganado la batalla - y posteriormente, la guerra - es meramente anecdótico. Y lo es, porque su participación en la contienda es un vívido ejemplo del aspecto más macabro del ejercicio del poder político en Colombia, descrito por Guillén: Un poder manifestado mediante una estructura de asociación, basada en un sistema de solidaridades/lealtades adscripticias y hereditarias, y materializado por una dinámica hacendaria de autoritarismo paternalista. Por décadas, esas lealtades de servicio llevaron a los campesinos colombianos a obrar bajo la siguiente premisa: “Mi patrón entró a la guerra para defender la hacienda en la que trabajo y que le da de comer a mi familia, por eso me hago matar por él”.

Guillén sitúa la génesis de esta particular forma de ejercicio del poder, en el modelo de encomienda que emplearon los primeros invasores españoles para someter política y económicamente a la población aborigen que en el s. XVII habitaba el actual territorio colombiano. Desdeñosos por herencia cultural del trabajo físico y artesanal, los “conquistadores” encontraron en el sometimiento de un grupo de indígenas el cómodo ejercicio de la mano de obra necesaria para su enriquecimiento, disfrazada legalmente ante la Corona de tributación en especie.

El mestizaje y la consiguiente imposibilidad de esclavizar a sus hijos, por ser descendientes de españoles, planteó la necesidad de organizar el poder político ya no en función de la propiedad sobre la mano de obra sino sobre la tierra y la adhesión irrestricta de los individuos encargados de trabajarla. La encomienda dio paso a la hacienda, pero los hacendados del s.XVIII eran descendientes criollos de los encomenderos de los siglos XVI y XVII. Su poder político y su peso en la toma de decisiones de gobierno radicaban en su capacidad de hacer valer ante el poder burocrático peninsular, el valor socioeconómico de la lealtad incondicional de sus peones; la cual tenía directa incidencia en aspectos como la tributación y la posibilidad manifiesta de organizarse para la guerra, en caso que fuese necesario.

Con admirable rigor metodológico y discursivo, el autor demuestra cómo esta forma hacendaria de ejercicio del poder político terminó imponiéndose en cada una de las etapas de la historia del país, desde la Revolución Comunera, hasta el Frente Nacional, pasando por la primera y segunda independencia, el experimento fallido de la llamada Gran Colombia, el nacimiento de los partidos tradicionales, la Revolución Artesanal–Militar del General Melo, la inserción de la economía nacional en el modelo neocolonialista británico/americano y la Guerra de los Mil Días, entre otras.

La tesis de Guillén es que el desenlace de todas estas coyunturas siempre favoreció a los intereses de los sistemas hacendarios del país, organizados bajo los mencionados parámetros de lealtad adscripticia y autoritarismo paternalista. Del desarrollo de esta forma de poder político, el autor infiere que en Colombia la Oligarquía no es concebida en su acepción sociológica original, como una clase social, sino como un sistema de asociación, al que apela todo aquel individuo o grupo que aspira al ascenso social mediante el enriquecimiento económico. Nuestro país nunca ha estado remotamente cerca de una verdadera revolución social, porque el grueso de la población siempre ha estado al servicio, voluntaria o involuntariamente, de la movilización realizada por la oligarquía de turno (la oligarquía no cambia, pero sí sus usufructuarios), en beneficio de sus particulares intereses, siempre disfrazados de el supremo interés nacional.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD DEPORTIVA.


La excelente tenista española Arantza Sanchez
Foto: http://galindoweb.izarbe.com/



La vida moderna con todos sus adelantos y avances científicos en todos los campos, pero particularmente en el tema de la salud, ha logrado que el hombre pueda alcanzar hoy un promedio de vida de setenta y cinco años; esto comparado con el promedio al que se llegaba en la Edad Media que era de treinta y tres años, demuestra hasta que punto las enfermedades que antes causaban la muerte de forma sorprendente, hoy se puedan curar con simples medicamentos. El desarrollo intelectual, económico, político y social de la actual civilización, son a todas luces significativos, acompañado también del confort o la propia comodidad y bienestar que disfrutamos de manera cotidiana.

No se puede desconocer los grandes inventos que ha creado el hombre para brindarle a sus congéneres una mejor manera de vivir, facilitándole a través de los mismos un nivel de vida importante. Podríamos citar el automóvil, el avión entre tantas miles de invenciones, que han simplificado los recorridos, las distancias y el tiempo, pero también podemos nombrar otros que proporcionan satisfacción, tranquilidad y funcionalidad en el diario vivir, como por ejemplo todos aquellos artículos que hacen parte de lo que se conoce como electrdomésticos, que han hecho que la vida sea mucho mas fácil y práctica.

Con todo el desarrollo del progreso tecnológico y científico a nuestro servicio, han aparecido una serie de enfermedades entre las cuales está la bulimia, que es el deseo irrefrenable de ingerir una cantidad no controlada de alimentos, ligado esto a un transtorno de carácter síquico. Otro de los males por estas épocas es la anorexia, que es la pérdida del apetito, sin importar la causa. El estrés, la angustia, las preocupaciones y los afanes de una vida tan acelerada como la de hoy, lleva a innumerables enfermedades que en la actualidad se han convertido en política de estado, por los elevados costos que están causando a los distintos erarios de las naciones mas avanzadas e incluso de las subdesarrolladas. Que podríamos decir de aquellas conocidas como las sicosomáticas, claramente definidas como una enfermedad orgánica cuyos determinismo y evolución se encuentran sometidos de manera prioritaria a factores de orden síquico o conflictivo, aunque no aparecen síntomas de enfermedad mental.

Estas señales o enfermedades en esta etapa de la posmodernidad, término este que no es otra cosa distinta a la definición del diccionario Larousse, como el nuevo carácter de la cultura occidental, a partir de las transformaciones y de las críticas que han afectado notablemente la ciencia, la literatura, el arte, etc., y que por estas circunstancias se convierten en intensas y graves, por las connotaciones que conllevan en todos los órdenes. La vida moderna que lleva implícita una tarea laboral imprescindible, pareciera que nos absorbiera, sin permitir que nuestra mente, cuerpo y espíritu, logre espacios mas trascendentes para la propia existencia, convirtiéndonos en máquinas y esclavos de una monotonía asfixiante y letal. La mayor parte de las labores de hoy se desarrollan en recintos cerrados, permaneciendo sentados las ocho horas de trabajo establecido, frente muchas veces a un computador, en ambientes pétreos y lúgubres, generándose problemas sicológicos, de sobrepeso y obesidad. En estas condiciones es imposible mantener una actividad física como lo requiere el cuerpo, porque su aparato locomotor así lo exige y cuando esto no se alcanza para mantener un estado de salud bueno, estamos hablando de ese gran monstruo conocido como sedentarismo.

Diferentes instituciones académicas de primer nivel en el mundo como la Universidad de los Ángeles, la Universidad de Noruega, el Instituto Cooper y la Universidad de Copenhague, definieron los graves riesgos de la vida sedentaria, aumentando al mas del doble el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular y disminuye en igual proporción en la medida que aumenta la actividad física y su permanencia. También se comprobó en esta investigación que las personas declaradas hipertensas sedentarias, aumentan tres veces mas, el riesgo de desarrollar un ataque que los mismos hipertensos activos.

El profesor Ken Fox de la Universidad de Bristol Gran Bretaña, publicó un informe sobre los beneficios de la actividad física, que fue publicado por el Consejo Europeo de información sobre Alimentación (European Food Reino Unido), en donde explica que numerosos estudios han demostrado que las personas que se mantienen relativamente activas, particularmente en la edad adulta y la vejez, tienen el doble de probabilidades de evitar una muerte prematura o una enfermedad de mayor riesgo. El mismo informe dice que una vida activa es equivalente al de dejar de fumar. Quiere decir que la actividad física y deportiva, representa numerosas ventajas. El sedentarismo es la causa directa de la mortalidad y morbilidad o proporción de personas que padecen los efectos de una enfermedad en una población, pero también la discapacidad de las personas que viven sin movimiento, así lo establecen estudios muy rigurosos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que inclusive ha promovido estilos de vida activos y declaró en el año 2002 en el día Internacional de la Salud, la promoción de la actividad física.

El presente artículo es una invitación a todos los amables lectores de esta página, para que veámos la actividad deportiva o física, no solo desde la perspectiva del desarrollo físico o biológico, sino desde el punto de vista del desarrollo intelectual, afectivo, social y en general de toda la dimensión humana. Miremos que beneficios nos trae si practicamos con decisión y entusiasmo esta actividad.

El deporte o la actividad física conduce a disminuir las enfermedades cardiovasculares, pero especialmente la relacionada con la cardiopatía isquémica, que es la disminución brusca e intensa de la circulación sanguínea en un órgano o un tejido, en este caso el corazón. Previene el desarrollo de hipertensión arterial y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos. Mejora el perfil de los lípidos, que es la sustancia orgánica corrientemente denominada grasa, insoluble en agua, soluble en bencina y éter y formada por ácidos grasos unidas a otros cuerpos, (reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol HDL). Mejora la disminución de la glicemia y disminuye el riesgo de padecer la deabetes, enfermedad que se caracteriza por exceso de azucar en la sangre. Mejora la digestión y regula el ritmo intestinal. Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cancer, como el de colon uno de los mas frecuentes. Incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control de peso. Ayuda a mantener la estructura y función de las articulaciones. Mejora la imagen personal. Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño. Ayuda a retrasar y prevenir las enfermedades crónicas como la osteoporosis, la deabetes, la obesidad, entre otras. También ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional, para realizar otras actividades físicas que corresponden a nuestra cotidianidad.
Ahora bien, desde el punto de vista psicológico, los beneficios que recibimos al desarrollar una actividad física o deportiva son varios, como por ejemplo enfrentar la propia vida con mayor diligencia y optimismo. Tener una mejor disposición ante los avatares o vicisitudes y resolver las distintas problemáticas que diariamente debemos enfrentar. Pero además nos proporciona sensación de bienestar reflejándose de forma favorable en el campo somático. Desaparecen la angustia, el estrés, la depresión, convirtiendo todo esto en inmensa alegría, con una nueva mentalidad de triunfo para alcanzar las metas y los objetivos con mayor fuerza y compromiso. Es muy importante que tanto la empresa oficial como privada, promocionen estas actividades, que sin duda beneficia y estimula a todos los miembros de una sociedad y logra disminuir los costos del gasto público en salud, particularmente en este tipo de patologías. La Organización Mundial de la Salud OMS, define la salud así: “El estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedades”.
¡Adelante! ¡A practicar deporte o cualquier actividad física!