lunes, 20 de julio de 2009

EL HIPOPÓTAMO PEPE, CAE ASESINADO POR EL EJÉRCITO CON EL VISTO BUENO DEL MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE EN COLOMBIA

No deja de sorprendernos tanto para los colombianos, como para los extranjeros, el hecho desafortunado que soldados del ejército colombiano, se hayan dado a la tarea de buscar y asesinar a una de las especies traídas de contrabando desde el África, por el capo del narcotráfico Pablo Escobar Gaviria, con destino a la hacienda Nápoles de su propiedad, con el argumento de haberse escapado de su asentamiento asignado, causando muerte y estragos a los habitantes de la región y que coincidencialmente, según investigaciones recientes fueron transportados en aviones Hércules de la Fuerza Aérea Colombiana, - que cosa tan paradójica - hacia finales de los años 83.

Entre otras cosas, esta circunstancia que nos retrata de cuerpo entero, ha sido materia de investigación y hoy recobran gran relevancia, particularmente por el rechazo que el mundo civilizado, especialmente los ambientalistas y defensores de animales, han hecho por la muerte de un miembro de la especie (Hippopotamus amphibius, gr. Ιππος (hippos), "caballo" y Ποταμος (potamos), "rio"; "caballo de río"), hechos que ha cubierto la prensa mundial, como noticia de primera página mostrando la fotografía de los miembros de la institución armada con el hipopótamo asesinado, rodeándolo y mostrando orgullosos el trofeo infame, de una víctima más de la crueldad e indiferencia, de quienes dirigen las políticas del medio ambiente en Colombia. Cabe destacar que la aprobación de la caza del hipopótamo tuvo la aquiescencia del rector del medio ambiente, el flamante ministro de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial.

El inocente Pepe era hijo del que se ha dado en llamar narco-hipopótamo, conocido con el nombre de Chacho, alias asignado por el propietario de la hacienda Nápoles, en donde se ubicarían todas las especies traídas de contrabando desde el África para convertir ese escenario, en un zoológico de animales salvajes procedentes del continente negro, con el propósito macabro de utilizar el estiércol de estos animales, para cubrir los envíos de droga y de esta manera evadir a los perros antinarcóticos. La cabeza de Chacho posa orgullosamente en una de las paredes de la hacienda como decoración y trofeo, después de haber muerto en una lucha territorial por otro de su misma especie.

Otro de los miembros de la familia Hippopotamidae, es el hipopótamo pigmeo, Choeropsis Liberiensis. Las distintas civilizaciones les asignaban nombres diversos a estas especies así: los griegos clásicos lo definían como caballo de río, los árabes le llamaban búfalo de agua y los egipcios lo describían como cerdo de río. Este animal es semiacuático y su hábitat son los ríos y lagos del África sub-sahariana, que habitan en grupos de hasta cuarenta miembros. La unión sexual o cópula de esta especie la realizan en el agua, reposan en el fango y en el agua. Tienen la característica de no ser territoriales en la tierra. Los machos llegan a tener una longitud de 4,5 metros de largo y pesan de 1500 a 1800 kilogramos y las hembras de 1300 a 1500 kilogramos.

De donde viene la indiferencia de la naturaleza humana, particularmente en nuestro país que de manera reiterada estamos asesinando y capturando especies para venderlas a traficantes internacionales, para convertirlas en mascotas sacándolos de su hábitat, sin tener en cuenta las consecuencias para el ecosistema y para la preservación de las mismas especies.

Cómo se le puede garantizar a las nuevas generaciones de colombianos, la protección y defensa de las 385 especies vivientes y de sus caracteres genéticos, que según estudios de los organismos especializados, se encuentran en vía de extinción, si no existe una conciencia de defensa, cuidado y preservación de la biodiversidad, como fundamento de una vida futura; cuando las propias autoridades no tienen un norte en estos trascendentales temas y cuando nos hacemos los indiferentes y no nos pronunciamos en una sola voluntad para contrarrestar estos fenómenos tan dañinos para la vida natural y obviamente para desterrar la corrupción de las propias autoridades que en connivencia con los traficantes, destruyen el equilibrio del ecosistema, trayendo las consecuencias de todo orden para el futuro de la vida.
Miremos cuales son algunas de estas especies que en Colombia se encuentran en peligro de dejar de existir, para que tomemos medidas y cada uno de los colombianos nos convirtamos en defensores concientes de la importancia de una tarea mancomunada que nos corresponde y promovamos en nuestros niños el sentido de pertenencia de todos los recursos, que en suerte nos ha correspondido heredar en esta maravillosa tierra colombiana.

Especies en extinción:

Tortuga Corranchina, quedan 1000 en los departamentos de Córdoba y Sucre, Manatíes de las antillas, tiene un ciclo de reproducción demasiado lento, Nutria neotropical, Delfín costero, cetáceo más pequeño del mundo y menos conocido, Tortuga de río, la persiguen por su carne, Coral cuerno de ciervo, Peces peine, Sierra, Bocachico, Mero, Guasa, Tigre rayado, Cocodrilo americano, Caimán llanero, Tortugas carey, Charopa, Morrocoyo, Tinamú, Petrel ecuatoriano, Aves silvestres, Tulcan, Pato negro, Pavón colombiano, Pavón moquirrojo, Perdiz santandereana, Pollo sabanero, Cucarachero de Nicéforo, Marimonda amazónica, Danta centroamericana y del magdalena, Venado caramerudo, entre otros.

Todos los seres humanos llevamos dentro, la propia marca de la evolución de la vida en la tierra. Toda naturaleza viva está emparentada, como producto de una evolución de más de cuatro mil años y la especie homo sapiens ha surgido en el último minuto del reloj biológico, por tal razón somos el resultado de un proceso evolutivo nuevo de hace cuatro millones de años, a partir de lo cual nos separamos de nuestros hermanos los simios y esta transformación de hominización determinó la aparición de la especie humana. Estas consideraciones de peso nos conducen a comprender que todos los seres vivos que habitamos el planeta tierra, merecemos ser preservados y protegidos, de cualquier intento de pillaje, saqueo y violencia, contra la misma existencia, como también contrta los mismos recursos naturales.