A propósito de las diferentes noticias que se dan de manera sorprendente en nuestro país, particularmente aquellas que impactan el alma humana, como la de los niños que mueren en el departamento del Chocó, una división político-administrativa de Colombia, por la falta total o parcial de alimentos, enfermedad conocida como inanición, que es el estado patológico de desnutrición, nos lleva a profundas reflexiones de diferente orden. Cabe preguntarnos que está pasando con la clase dirigente de esa sección del país, cuya responsabilidad es de inmensa dimensión, puesto que su papel de dirigir el destino de una región, con el fin de llevar soluciones a los inmensos problemas que aquejan a sus gentes, se distrae en el manejo de la politiquería, en la repartija burocrática y en la distribución de millonarios contratos, para satisfacer su apetito corrupto e inmoral.
Entre tanto la miseria de la población chocoana con todas sus consecuencias, se hace mas protuberante y dramática, sin que exista una sincera convicción de ayudar a compatriotas que reclaman con justicia se coloque el Estado en su conjunto, para encontrar soluciones inmediatas al servicio de esos conciudadanos, que llevan en sus rostros reflejada la propia desesperación de una hambruna, que está acompañada de dolor y llanto.
El poeta florentino Dante en su magnífica obra la Divina Comedia, sitúa a las víctimas en el purgatorio o infierno y de la otra parte a los bienaventurados del paraíso, que en este caso que nos ocupa, son los usufructuarios de un poder político logrado de manera irregular y tramposa. ¿En estas dos categorías en el tamiz de Alighieri, quienes serían los verdaderos responsables de la tragedia chocoana, o mejor los culpables?
Los hospitales se cierran porque el presupuesto se lo roban y no existe la infraestructura necesaria para atender de la mejor manera a los usuarios del servicio médico. Las escuelas donde asisten los niños, carecen de las mínimas condiciones para recibir clase. Las vías de penetración carecen de la asistencia técnica para su mantenimiento y como es obvio impidiendo así, sacar sus productos a los centros de mercado. La gran fuente de empleo está en manos de los inescrupulosos, por medio de los cargos públicos que son negociados a cambio de votos. Agreguémosle a esta tragedia, el hecho que los habitantes del Chocó, se encuentran entre la espada y la pared: de una parte la guerrilla y de la otra los paramilitares, que se disputan el territorio por ser una zona ubicada geográficamente de manera estratégica, no solo para el cultivo de la planta, sino para el procesamiento de la droga, que tiene como destino los mercados de Estados Unidos y Europa.
Por lo anterior y mucho mas, incluso se ha llegado a pensar que este territorio debería ser anexionado a la República de Panamá, considerando de esta manera que el hermano país sí atendería de manera integral las múltiples tragedias que sufren los compatriotas que habitan y que cosa tan paradójica, una de las regiones mas ricas de Colombia.
Por considerar que el poema Indiferencia resume este drama colombiano, finalizo este artículo con la publicación del mismo.
Entre tanto la miseria de la población chocoana con todas sus consecuencias, se hace mas protuberante y dramática, sin que exista una sincera convicción de ayudar a compatriotas que reclaman con justicia se coloque el Estado en su conjunto, para encontrar soluciones inmediatas al servicio de esos conciudadanos, que llevan en sus rostros reflejada la propia desesperación de una hambruna, que está acompañada de dolor y llanto.
El poeta florentino Dante en su magnífica obra la Divina Comedia, sitúa a las víctimas en el purgatorio o infierno y de la otra parte a los bienaventurados del paraíso, que en este caso que nos ocupa, son los usufructuarios de un poder político logrado de manera irregular y tramposa. ¿En estas dos categorías en el tamiz de Alighieri, quienes serían los verdaderos responsables de la tragedia chocoana, o mejor los culpables?
Los hospitales se cierran porque el presupuesto se lo roban y no existe la infraestructura necesaria para atender de la mejor manera a los usuarios del servicio médico. Las escuelas donde asisten los niños, carecen de las mínimas condiciones para recibir clase. Las vías de penetración carecen de la asistencia técnica para su mantenimiento y como es obvio impidiendo así, sacar sus productos a los centros de mercado. La gran fuente de empleo está en manos de los inescrupulosos, por medio de los cargos públicos que son negociados a cambio de votos. Agreguémosle a esta tragedia, el hecho que los habitantes del Chocó, se encuentran entre la espada y la pared: de una parte la guerrilla y de la otra los paramilitares, que se disputan el territorio por ser una zona ubicada geográficamente de manera estratégica, no solo para el cultivo de la planta, sino para el procesamiento de la droga, que tiene como destino los mercados de Estados Unidos y Europa.
Por lo anterior y mucho mas, incluso se ha llegado a pensar que este territorio debería ser anexionado a la República de Panamá, considerando de esta manera que el hermano país sí atendería de manera integral las múltiples tragedias que sufren los compatriotas que habitan y que cosa tan paradójica, una de las regiones mas ricas de Colombia.
Por considerar que el poema Indiferencia resume este drama colombiano, finalizo este artículo con la publicación del mismo.
INDIFERENCIA
POR: RAMÓN NEIRA WIESNER
África enclavada en el alma colombiana,
un lugar tan bello como los elíseos,
conocido por ser la etnia chocoana,
circundada por mar y ríos,
son obligados paseos.
Oro, plata y platino, entre tantas riquezas,
especies exóticas de gran exuberancia,
esplendorosos paisajes que son fortalezas,
valles y montañas adornan la excelencia.
Sus gentes expresión de libertad,
el alma se alimenta de bondad,
la alegría y el folklor de gran festividad,
unidos reclaman la heredad.
Todos sus rincones de mil colores,
parece que iris los pintara por manifestaciones,
como llamas de fugaces esplendores,
es el anuncio de grandes revelaciones.
Es hora de expresarse sin vacilaciones,
por la ignominia cometida contra el Chocó,
no mas silencio, mejor las expresiones,
para alcanzar la dignidad, el tiempo les tocó.
Llanto, dolor y tristeza, la muerte asecha,
niños famélicos, angustiados caminan,
en brazos de sus madres, mientras otros pelechan,
el mundo reclama y la justicia conmina.
Los gobiernos anuncian tierra de promisión,
es una verguenza ante la civilización,
promesas nunca cumplidas por la omisión,
cruel infracción penal contra la humana condición.
No mas frustración para la nueva generación,
nacerán los Prudencio Padilla, Luter King y Mandela,
espíritus unidos para alcanzar la reivindicación,
y construir la historia que la humanidad pondera.
1 comentario:
Me pareció un excelente artículo, especialmente porque los temas tratados corresponden a una realidad colombiana.
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